Patricia Bullrich no tiene previsto pronunciarse sobre las críticas que le dedicó Mauricio Macri, jefe de Pro, al “entorno” del presidente Javier Milei o la capacidad de gestión de su “equipo”. La ministra de Seguridad tampoco prevé contestarte a su expatrocinador electoral, quien la acusó de haber adoptado una “actitud destructiva” y de haberse referido de “forma peyorativa” a sus expartidarios después de que “saliera tercera” en los comicios y definiera su incorporación al Gabinete de La Libertad Avanza (LLA).
En sintonía con la postura de la Casa Rosada, Bullrich decidió que evitará polemizar y optará por un silencio prudencial. Prefiere abocarse a su agenda de gestión y evitar que se reedite la feroz disputa interna de Pro ante la opinión pública.
Ante sus íntimos, la ministra de Seguridad exhibió indiferencia ante el mensaje de Macri. “No vamos entrar en ese debate con los temas importantes que hay para resolver en el país. Nos da igual; no hay nada para decir”, dicen cerca de Bullrich. Sus asesores están conformes con el nivel de aprobación que mantiene la funcionaria en las encuestas. “Los números nos favorecen”, se jactan.
Macri llevaba un tiempo callado, pero volvió a salir a escena para ratificar que apuesta a preservar la identidad de Pro, el partido que fundó hace veinte años, y que adoptará una posición de apoyo con reparos al Gobierno.
Bullrich y sus leales analizaron el discurso de Macri en las últimas horas. Cerca de la extitular de Pro, quien quedó afuera de la estructura orgánica por la pelea con su expromotor, consideran que Macri comete “un error” al asumir una posición más crítica sobre el Gobierno de Milei. “Nosotros nos comprometimos a apoyar al Gobierno y lo vamos a hacer en las buenas y en las malas; esto es un tema de convicción”, aseguran allegados a Bullrich.
Al igual que Larreta, la ministra faltó al relanzamiento de Pro. El lunes reunió a su tropa y dio libertad de acción. Casi todos sus leales optaron por no asistir -Damián Arabia, Juan Pablo Arenaza, Gerardo Milman o Laura Rodríguez Machado o Patricia Vásquez-, pero hubo excepciones, como Silvana Giudici. Tampoco estuvo el “batallador de ideas” de Macri: Fernando Iglesias, un converso al mileismo.
En su reaparición pública, Macri ratificó su apoyo al rumbo de la Casa Rosada, pero criticó la “debilidad” para implementar las ideas y cuestionó la apuesta por el juez Ariel Lijo para ocupar una vacante en la Corte Suprema. En cambio, Bullrich es una mileista sin peros, como Luis Caputo o Federico Sturzenegger.
Arabia, vicesegundo de Pro, y Arenaza fueron los únicos que desafiaron a Macri tras su mensaje. “Hoy más que nunca estamos para apoyar al presidente Milei y no hay espacio para pequeñeces y mezquindades”, resaltó el legislador porteño en la red social X. En tanto, Arabia compartió la foto del encuentro que mantuvieron ayer Rogelio Frigerio y Karina Milei con un recado para defender a la hermana del Presidente: “¡Dos grandes gestores! ¡Qué equipazo!”.
Quienes rodean a Bullrich aseguran que ella tiene una mirada más benévola sobre la gestión de LLA y no comparte el planteo de Macri. Destacan que “empiezan a verse resultados”, como la reducción de la inflación o el restablecimiento del orden en las calles por el protocolo antipiquetes y las medidas que aplicó Sandra Pettovello para terminar con la intermediación de las organizaciones sociales. Eso sí: le preocupa el desorden en el bloque de Diputados de LLA, que atraviesa una crisis por la visita de seis legisladores a Alfredo Astiz.Un punto de contacto con Macri.
Ella está cómoda en la administración de Milei -un “gobierno de outsiders”, según Macri-. Es más: se siente mucho más liberada para usar la botonera o ejecutar medidas en el Ministerio de Seguridad que durante la gestión de Cambiemos, cuando Marcos Peña era el funcionario más influyente. “Javier tiene un liderazgo más audaz y la deja hacer; está feliz”, retrata un interlocutor habitual de la ministra.
Bullrich no solo mantiene un vínculo cordial con Santiago Caputo y Karina Milei, los principales apuntados por el expresidente, sino que se ganó la confianza de ambos. Con Caputo, a quien estuvo a punto de contratar para su campaña presidencial antes de optar por Derek Hampton, otro consultor de Move, suele tener discusiones por temas puntuales, pero coopera con él ante los pedidos de la Secretaría de Comunicación. Cerca de Bullrich admiten que es razonable que Caputo no quiera que la interna de Pro se infiltre en el Gobierno.
“Macri ataca al entorno de Milei porque no le hacen caso”, señala un colaborador Bullrich. Los seguidores de la expresidenta de Pro intuyen que Macri salió a diferenciarse del gobierno nacional porque no logra colocar a dirigentes de su extrema confianza en cargos potables de Transporte o infraestructura. “No habrá obra pública con Milei; este es otro modelo. Macri pide por Dietrich, pero no va”, aseguran.
Hoy mas que nunca estamos para apoyar al presidente @JMilei no hay espacio para pequeñeces y mezquindades. El cambio mas profundo de la historia no puede parar. Argentina va volver al camino del progreso que las politicas intervencionistas destruyeron estos ultimos años.
— Juan Pablo Arenaza (@jparenaza) August 2, 2024
Los lugartenientes de la ministra consideran que es incomprensible que Macri se queje de que la mesa chica de Milei no le abra la puerta del Gobierno a hombres y mujeres formadas en Pro cuando hay decenas de funcionarios con pasado en el macrismo que fueron convocados por LLA. Incluso, aseguran que Soher El Sukaria, cercana a Macri, se sumaría a esa lista: podría desembarcar en la Defensoría del Público de Servicio de Comunicación Audiovisual.
El expresidente no solo levantó el dedo índice para explicitar sus críticas sobre el funcionamiento de la administración de Milei, sino para reprocharle a Bullrich que haya dado por hecho que Pro tendrá un papel de reparto. “Todos esos dirigentes que la apoyaron a morir no son responsables de que ella haya salido tercera. Entonces no puede hablar con el desdén con el que ha hablado de Pro; de fusión, absorción, de todas esas cosas”, puntualizó Macri en diálogo con Cadena 3.
Dos grandes gestores! Que equipazo! 💪🏼 https://t.co/6nr03IoPXC
— DAMIÁN ARABIA (@DamianArabia) August 2, 2024
La funcionaria de Milei se vio con el expresidente la semana pasada en su despacho de la cartera de Seguridad. Pero no lograron acercar posiciones. “Cuando Patricia habla de fusión es algo simbólico; hay una fusión de ideas, valores y objetivos”, remarca un consejero de Bullrich. Quienes la rodean lamentan las chicanas del expresidente. “Ella salió tercera, pero él no fue reelecto. Está resentido, porque ella no se somete y no se ordena”, susurran.
En el entorno de Macri relativizan esas lecturas de los bullrichistas. Repiten que sus opiniones ya tienen relevancia en la estructura de Pro. Y están más atentos a vigilar las reacciones de los trolls libertarios en las redes, donde hubo críticas aisladas de usuarios ligados al aparato de comunicación oficial. Pensaban que podría haber un ataque furioso, pero evalúan que la charla de Macri con Milei en Olivos sirvió para calmar los ánimos. En esa conversación el expresidente le anticipó los cuestionamientos que haría en público y lo alertó sobre sus cortocircuitos con Caputo. “No nos hicieron llegar ningún mensaje ni respuesta. No vimos tanta agresividad por parte de ellos”, dicen.
Macri cree que su mensaje tuvo una buena recepción en el “círculo rojo” y en su electorado, que ahora comparte con Milei. Por ahora, el Presidente solo compartió la defensa que hizo Sebastián Pareja, jefe territorial de LLA, a Karina Milei. “Nunca me voy a enojar con usted, ‘presi’”, le dijo el lunes a Macri en Olivos.