La cadena del maíz reclamó hoy un “marco estable que fomente la confianza y la inversión” en el sector y pidió, entre otras cosas, que se avance en una eliminación de las retenciones al cultivo, que hoy paga una alícuota del 12%. El cereal, después de la sequía del año pasado, en 2024 sufrió un duro golpe por la enfermedad spiroplasma que representó una pérdida de al menos el 25% de la cosecha esperada. El maíz es el segundo complejo que más genera dólares después de la soja.
Desde esta mañana se está realizando en el Complejo Goldenceter el Congreso Maizar 2024 organizado por la Asociación de Maíz y Sorgo Argentino (Maizar). Allí, Federico Zerboni, presidente de la entidad, se refirió entre otros puntos a la carga impositiva sobre el sector.
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“Las cadenas agropecuarias son un pilar fundamental de la economía argentina, y generan el 64% de las divisas que ingresan al país. Junto con otros sectores clave como la minería, el turismo y la energía, tenemos el potencial de impulsar un crecimiento enorme y sacar adelante a nuestro país. Sin embargo, este potencial se ve obstaculizado por la falta de un marco estable que fomente la confianza y la inversión. Necesitamos reglas claras y duraderas, apertura económica para integrarnos al mundo y aumentar nuestras exportaciones”, dijo Zerboni.
Zerboni estuvo acompañado en el estrado por el secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, y el presidente del Congreso Maizar 2024, Ignacio Garciarena. Iba a asistir la vicepresidenta Victoria Villaruel, pero avisó más temprano que por un problema de salud no podía concurrir.
En su discurso, Zerboni reconoció las dificultades con las cuales se encontró el gobierno de Javier Milei, pero insistió en las “trabas” para la actividad y allí se refirió a los derechos de exportación.
“El año pasado, la población argentina votó por un cambio. Entendemos que el gobierno actual heredó una economía al borde de la hiperinflación y con distorsiones en los precios relativos. Sin embargo, el sector agroindustrial ha soportado durante demasiado tiempo el peso de las retenciones, el desdoblamiento cambiario y una alta carga impositiva, lo cual perjudica gravemente al sistema productivo argentino”, remarcó el dirigente.
Respecto de las retenciones en general, no solo para el maíz, estimaciones realizadas por la Sociedad Rural Argentina (SRA) han señalado que desde su regreso en 2002 representaron para el agro la transferencia de más de 190.000 millones de dólares.
Impacto positivo
Después Zerboni habló del impacto positivo que tuvo la quita de los derechos de exportación cuando, en diciembre de 2015, la implementó el expresidente Mauricio Macri. En ese momento Macri sacó las retenciones al trigo, el maíz, el girasol, la carne vacuna, entre otras actividades, y las redujo para la soja.
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“Confiamos en que estas trabas se resolverán pronto, tal como se prometió durante la campaña electoral. Ya hemos demostrado que la eliminación de retenciones impulsa el crecimiento del sector. En 2015, cuando se quitaron, el área sembrada con maíz aumentó un 55% en solo cuatro años, y las exportaciones crecieron hasta convertir a este complejo en el segundo más importante del país y en uno de los principales del mundo. Y esto, a su vez, impulsó la rotación de cultivos y una agricultura más sostenible”, dijo Zerboni.
En otro tramo de su discurso el presidente de Maizar se refirió al impacto de la chicharrita y la enfermedad generada, spiroplasma. Habló de una pérdida del 25% respecto de la cosecha esperada inicialmente.
“Las siembras tempranas de maíz tuvieron excelentes resultados, pero las tardías enfrentaron un obstáculo inesperado: la chicharrita, Dalbulus Maidis, un insecto transmisor de enfermedades que causó daños considerables en amplias zonas del país. Esta plaga redujo la cosecha esperada de maíz en un 25%, y aún se están evaluando los daños finales”, señaló Zerboni. Recordó que Maizar está realizando por esto un fuerte trabajo con diversas instituciones públicas y privadas. En rigor, durante el congreso hay varias charlas con eje en esta problemática.
A comienzos de este mes, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó que por la chicharrita se dejarán de cosechar 11,5 millones de toneladas respecto de las estimaciones iniciales de producción para el cereal. Además, la pérdida económica trepaba ya en ese momento a US$2199 millones. Respecto de las exportaciones del complejo del maíz, en lugar de los US$7942 millones proyectados se calcularon US$5743 millones.