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La chimpancé Natalia perdió a su cría luego de 14 días de nacida.
Esta es la segunda vez que la chimpancé Natalia pierde una cría.
Dio a luz a inicios de febrero pasado y parecía que todo iba bien en el Bioparc, un zoológico de la ciudad de Valencia, España.
Pero literalmente de un día para otro, la cría “se debilitó muy rápidamente y murió”.
“No sabemos la causa exacta, pero parece que la madre no producía leche suficiente”, le explica a BBC Mundo el director del Bioparc, Miguel Casares.
Desde la muerte, la chimpancé de 21 años no se ha querido separar del cuerpo de su cría. La lleva consigo desde hace más de tres meses mientras realiza sus rutinas cotidianas.
“No la suelta en ningún momento. Eso es una conducta descrita, que ocasionalmente puede suceder en hembras de chimpancés con crías que mueren con pocos días de vida, en el zoológico y en la naturaleza”, explica Casares, quien es un experto veterinario.
Se ha sabido de madres que llevan a sus crías hasta cuatro meses. “No sucede siempre, pero ocasionalmente una hembra puede transportar una cría muerta unos días o a veces unas semanas, así como en este caso unos meses”, señala el director del Bioparc.
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Los responsables del zoológico han optado por privilegiar un proceso de desprendimiento natural.
En todo este tiempo, los visitantes del zoológico han visto a la madre con la cría en lo que se percibe como un duelo. Ha causado reacciones de todo tipo.
“Los primeros días se podía ver claramente que era una cría y que estaba muerta. Todo el mundo se sorprendía… Hemos notado una reacción de una empatía muy, muy fuerte hacia la situación. Empatía y respeto”, cuenta Casares.
La cría ha pasado por un proceso natural de descomposición y en el zoológico se han asegurado de que esto no suponga problemas sanitarios, para poder permitirle a Natalia una separación gradual hasta que se sienta lista.
Quitárselo no era opción
La chimpancé ya perdió una cría en 2018 y en aquella ocasión se desprendió de ella en unos cuantos días.
Esta vez ha sido diferente. Como ocurre con otros primates que habitan en entornos naturales o controlados, los chimpancés del Bioparc de Valencia son una familia muy sociable y unida.
“En los primeros días estaban muy juntos, se abrazaban. Era algo bastante impresionante de ver porque lo asimilamos a lo que podría pasar con personas, nos resulta una situación muy cercana”, explica Casares.
Luego de un tiempo, el resto de los chimpancés -de la subespecie p.t. verus, una de las más amenazadas del mundo- continuó con sus rutinas normales.
Pero Natalia optó por no desprenderse del cuerpo de la cría.
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En el grupo de chimpancés del Bioparc hay seis adultos y dos crías actualmente.
Los expertos del zoológico evaluaron la situación y decidieron dejar que continuara su proceso por ser lo mejor para ella. Y además, intervenir para retirar el cuerpo hubiese implicado una labor complicada y hasta riesgosa.
“El grupo está siempre junto. Entonces, si hubiéramos querido anestesiar a la madre para quitar a la cría, hubiéramos tenido con seguridad que anestesiar a varios miembros de la familia“, señala el director del Bioparc.
“Y teníamos la otra hembra, que es su hermana, que tenía una cría pequeña, con lo cual hubiéramos puesto en riesgo a la otra cría con esa actuación. Nunca pensamos en esa opción”.
Para los especialistas, que ya han visto situaciones similares, era la mejor ruta a seguir.
“La muerte también es parte de la vida”
Hoy la chimpancé Natalia realiza sus actividades cotidianas con relativa normalidad. No ha mostrado problemas de salud, al igual que los otros chimpancés, por tener el cuerpo de su cría muerta junto a ella durante estos meses.
“Hemos estado supervisando el estado de salud de los animales adultos y no hemos apreciado ningún problema. Pero, por supuesto, la cría ha pasado por una fase de descomposición. Es un proceso natural. Pero los chimpancés tienen el sistema inmunitario, por suerte, muy potente”, explica Casares.
De ser necesario, los especialistas del zoológico podrían intervenir, pero han privilegiado que la madre asimile la situación de forma natural para su propio bienestar.
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Los visitantes han reaccionado con empatía al conocer la situación de Natalia.
Casares enfatiza el hecho de que, a pesar de estar en un entorno controlado, los chimpancés de este zoológico no son animales domesticados ni mascotas.
Lo que les llega a suceder sigue patrones que se han visto en otros entornos naturales o controlados.
“Sucede también en la naturaleza, no solo en chimpancés, también está descrito en otros primates sociables, grandes simios, papiones, elefantes, animales siempre muy inteligentes y con una relación muy fuerte entre madre y cría y con un comportamiento familiar muy complejo”, señala.
“[En el zoológico] no solo hay animales jóvenes y crías bonitas que juegan. La muerte también es parte de la vida y a veces los animales mueren“.
Aunque resulta llamativo y hasta puede impresionar a algunas personas, en especial a los más chicos, los miembros del zoológico han estado presentes en el sitio para dar las explicaciones pertinentes de lo que ha ocurrido.
“La inmensa mayoría a los que se les ha explicado lo han entendido, han mostrado una empatía y un respeto por una madre que está en un proceso de dolor por la pérdida de un hijo”.
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Lo que le ha sucedido a Natalia es raro, pero no inusual en chimpancés y otros primates.
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