Desde que se conoció el accidente del helicóptero en el que viajaban el presidente iraní, Ebrahim Raisí, su ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, y otros cargos —todos han fallecido—, las autoridades de la República Islámica han enarbolado diferentes posibles causas: se ha hablado de un aterrizaje de emergencia, de la mala meteorología e incluso de problemas de mantenimiento del aparato debido a las sanciones internacionales contra el régimen. Los expertos creen que es demasiado pronto para conocer las razones, ya que las investigaciones sobre accidentes aéreos son muy complejas, duran meses y tienen en cuenta multitud de factores.