Desde su juventud, Ludwig van Beethoven enfrentó una adversidad que marcaría profundamente su vida y obra: la pérdida progresiva de su audición. A la temprana edad de 20 años comenzó a notar el deterioro, una situación que lo sumió en un profundo desasosiego y vergüenza. Este padecimiento se agudizaría con los años hasta dejarlo completamente sordo en la última etapa de su vida. A pesar de esto, Beethoven continuó componiendo hasta su muerte a los 56 años, en 1827, que hoy son veneradas en todo el mundo, aunque su afección le obligó a mantenerse alejado de los escenarios.

Si bien su batalla contra la sordera es ampliamente conocida, las causas subyacentes de su condición y otros problemas de salud que padeció han permanecido envueltas en misterio. Beethoven sufrió de múltiples afecciones, incluyendo problemas gastrointestinales y episodios de ictericia, indicativos de enfermedad hepática. Hoy, casi dos siglos después de su muerte, investigadores parecen haber encontrado algunas respuestas.

Un reciente estudio publicado en la revista Clinical Chemistry indica que las altas concentraciones de metales pesados halladas en su pelo sugieren que Beethoven pudo haber sufrido envenenamiento por plomo, lo que podría haber contribuido tanto a su sordera como a otros problemas de salud.

En cuanto a la causa de su muerte, este nuevo estudio también descarta el plomo como causa directa. En este sentido, la teoría predominante es que Beethoven murió por complicaciones derivadas de la hepatitis B, agravadas por el consumo de alcohol y predisposiciones genéticas.

Imagen: KEVIN BROWN/UNIVERSITY OF CAMBRIDGE

ADN de dos mechones autentificados de Beethoven

El estudio, liderado por Nader Rifai, patólogo de la Facultad de Medicina de Harvard, analizó dos mechones de pelo autentificados del compositor, conocidos como los mechones Bermann y Halm-Thayer. Estos análisis revelaron concentraciones alarmantemente altas de plomo, arsénico y mercurio.

Los resultados indican que un mechón mostró 380 microgramos de plomo por gramo de pelo, y el otro, 258 microgramos, niveles que superan con creces los 4 microgramos considerados normales hoy en día.

“Estos son los valores más altos que he visto nunca en el pelo”, afirmó Paul Jannetto, coautor del estudio y patólogo de la Clínica Mayo, a The New York Times. “Recibimos muestras de todo el mundo, y estos valores son un orden de magnitud superiores”, añadió.

¿Por qué tenía el compositor tanto plomo en su organismo?

Los científicos proponen varias teorías: una de ellas sugiere que la afición del compositor por el vino pudo haber sido un factor. En aquellos tiempos, se añadía acetato de plomo al vino barato para mejorar su sabor y claridad. Además, se especula que las botellas de vidrio de la época y el consumo frecuente de pescado del Danubio, que contenía arsénico y mercurio, podrían haber contribuido a su carga tóxica.

Por otra parte, el uso de ungüentos y medicamentos, muchos de los cuales contenían plomo, era habitual para tratar diversas dolencias. Así, considerando que Beethoven tomó hasta 75 medicamentos diferentes a la vez, según informa The Smithsonian Magazine, puede que esto haya aumentado su exposición a metales pesados.

En definitiva, los investigadores concluyen que la presencia de plomo “puede haber contribuido a las dolencias documentadas que le aquejaron la mayor parte de su vida”, aunque no se han determinado los efectos específicos de los elevados niveles de arsénico y mercurio en su salud.

“Complejo rompecabezas”

La práctica de conservar mechones de pelo de seres queridos o figuras célebres era común en la época de Beethoven. Hoy, este cabello ofrece pistas sobre las posibles causas de sus enfermedades no diagnosticadas en vida. “Creemos que ésta es una pieza importante de un complejo rompecabezas y permitirá a historiadores, médicos y científicos comprender mejor la historia médica del gran compositor”, indican los investigadores en su estudio.

Otras explicaciones

El nuevo estudio puede acercarnos a desentrañar los misterios que rodean al compositor alemán. Sin embargo, los científicos también barajan más teorías: otras investigaciones sobre los problemas auditivos de Beethoven sugieren posibles causas genéticas, como el lupus o la otosclerosis, aunque estas teorías aún requieren más investigación.

Más allá de la intoxicación por metales pesados, el nuevo estudio revela que el ADN de Beethoven descarta algunas causas sugeridas anteriormente para sus problemas gastrointestinales, como la intolerancia a la lactosa o la celiaquía.

Aunque queda mucho por descubrir, la investigación sobre su cabello sigue desvelando secretos largamente ocultos sobre este titán de la música clásica. Como señaló Rifai a The Times Of London, “fue increíblemente trágico que no pudiera escuchar esta música majestuosa que creó”.

Felipe Espinosa Wang con información de The New York Times, The Times of London, Live Science y Clinical Chemistry.

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