Los alimentos procesados que se encuentran en el mercado como el pan o las galletas suelen tener una mayor duración gracias a la incorporación de conservantes en su elaboración, los cuales se encargan de evitar el crecimiento de microorganismos como mohos y bacterias.
Por tal motivo, muchas personas dejan pasar la fecha de vencimiento que se indica en los empaques porque creen que puede tener un poco más de vigencia o guardan el alimento durante mucho tiempo y al momento de consumirlo observan que tiene hongos de un tono verdoso.
En el proceso de deterioro del pan se puede encontrar el hongo Rhizopus nigricans, que también puede aparecer en la superficie de las frutas o verduras, el cual no es consumible, puesto que puede traerle algunas complicaciones a su salud, según la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
¿Qué pasa si por error consume el hongo verde de un pan?
El nutricionista Aitor Sánchez explicó en La Vanguardia que al consumir este tipo de moho puede llegar a experimentar una “toxi-infección alimentaria con un evidente cuadro de síntomas normalmente digestivos”.
Sin embargo, debe tener cuidado si llega a presentar otro tipo de reacciones, ya que “las aflatoxinas son especiales porque pueden acumularse en el organismo y provocar efectos crónicos como la aparición de cáncer, específicamente, están muy vinculadas con el cáncer de hígado”.
El profesional explicó que aunque no existe una cantidad específica para que este moho permita la aparición del cáncer, es claro que entre más exposición tenga ante el hongo, aumenta la posibilidad de que pueda padecer esta afección.
Debido al pequeño tamaño de las micotoxinas, estas pueden llegar a otras regiones de su cuerpo, no se recomienda que consuma la parte que no tiene visible el hongo: “Se aconseja descartar el alimento por completo que ya ha tenido un crecimiento fúngico en una de esas partes, es lo más prudente y seguro por mucho que nos duela por motivos del desperdicio alimentario”, comentó Aitor Sánchez.
Añadió que: “La mejor estrategia que se puede seguir es la de evitar la aparición de las micotoxinas en el origen de los alimentos. La exposición a las micotoxinas es bastante baja en Europa y los controles que se hacen son sobre todo preventivos”.
Es importante que si consume el moho y nota algunos de los síntomas mencionados u otros completamente diferentes, es necesario que se dirija al centro médico más cercano para que un profesional loe brinde una valoración.
Por Leidy Estefania Rico Arboleda