El secretario de Bioeconomía, Fernando Vilella, señaló hoy que para avanzar en una reducción de las retenciones es esencial reordenar la macroeconomía, así como ya lo ha expresado el presidente Javier Milei.

Según dijo durante el Congreso Maizar 2024, que se hace en el Complejo Goldencenter, ya avanzaron con las desregulaciones del mercado interno y externo, el fin de fideicomisos y de volúmenes de equilibrio para la exportación y la reducción de la brecha cambiaria. Prometió avanzar en la eliminación de los derechos de exportación en la última instancia. Adelantó que en los próximos días hará un viaje a China por un tema de protocolos sanitarios para el maíz.

Próximas subastas ofrecidas y resultados de las operaciones realizadas.

Durante su discurso, el funcionario aseguró que al campo, en coincidencia con el gobierno anterior, en el mejor escenario de precios internacionales se le sacó la renta con tres formatos. Fue con múltiples regulaciones del mercado interno y externo, fideicomisos, volúmenes de equilibrio, cuotas, restricciones de diversas naturalezas. A esto se le sumó una brecha cambiaria creciente, con acceso arbitrario a divisas para importación de insumos que dependían del humor de funcionarios o la capacidad de lobby. Pero, además, los derechos de exportación. De estas cuestiones, dijo, pudieron avanzar rápido en las dos primeras: “Prometemos hacerlo con la tercera cuando las condiciones macro lo permitan, tal como lo mencionó ayer el presidente de la Nación”.

“Nuestra Vaca Viva, la bioeconomía sin dudas, conforma el entramado más competitivo de la Argentina y está siendo reformulada con foco en devolverle la rentabilidad perdida a los productores, a quienes se la sacaron por diversos mecanismos”, expresó. Además, sostuvo que hoy les toca a todos ser protagonistas de un tiempo de cambios estructurales: “Somos responsables de que los mismos sean exitosos para el conjunto de la sociedad argentina que busca con ilusión y con sacrificio salir del deterioro económico, social, educativo y cultural de las últimas décadas”, puntualizó.

El avance de estas desregulaciones, acotó, no son pocas. Recordó que durante el evento de Maizar del año pasado hubo muchos de los expositores que mencionaron el gran peso de las regulaciones y trabas con trámites interminables. “Por eso también bajamos las declaraciones SISA de cinco a solo dos. Eliminanos la mayor parte de esas restricciones”, precisó.

En junio pasado, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires publicó un estudio que decía que para maíz, trigo y girasol una reducción de la brecha cambiaria sería más favorable que bajar las retenciones. “Hoy la brecha cambiaria, se redujo sustancialmente, impactando positivamente en los ingresos de los productores, aunque lamentablemente los precios internacionales son menores al récord que vimos en otros años y que benefició solo a algunos sectores del Estado y que no fueron a mejor infraestructura, mejor educación, mejor salud o mejores salarios, todo se desvaneció irresponsablemente”, sostuvo.

Otro de los puntos en los que avanzó el Gobierno fue la reducción de los aranceles de importación de varios insumos agropecuarios. “Hemos operado para bajar los costos, reduciendo aranceles a fertilizantes, herbicidas o neumáticos. Estos neumáticos no solo deberían reducir costos productivos, evitar pérdidas de tiempo en conseguirlos por faltantes, sino también bajar hasta un 3% el costo de la logística, del transporte. La urea a nivel mundial desde febrero bajó su precio menos del 10% y en nuestro país lo hizo de US$800 a unos US$520. No fue magia”, expresó.

Por otra parte, agregó que además de producir, hay que vender, por lo que recordó que en los meses previos lograron la apertura del mercado chino para el maíz luego de años de negociaciones. Contó que solo falta que la Aduana genere un formulario: “Mañana estaré iniciando un viaje que incluye China, hoy primer importador global, y será una parte de las negociaciones donde muchos de los productos de la cadena del maíz son parte esencial. Brasil le vendió 7 millones de toneladas”.

Dijo también que después de muchos años han aparecido créditos en dólares del Banco Nación o el BICE, o de la banca privada a tasas de la mitad de lo que rinden los bonos del tesoro de EE.UU para capital de trabajo o compra de maquinarias.

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