Un cabo de la Gendarmería fue detenido por sus propios camaradas cuando intentó evadir un retén de la fuerza de seguridad federal en la localidad salteña de General Pizarro. Tenía un motivo de peso: los 300 kilos de cocaína que transportaba en una camioneta Volkswagen Amarok blanca. Se investiga si esa droga tenía como destino el Gran Buenos Aires, donde el suboficial tiene su domicilio.
El hecho se produjo en la madrugada del domingo, sobre la ruta 5, muy cerca de un santuario del Gauchito Gil, cuando el cabo Diego Hernán Delgado, de 31 años, fue abordado por sus compañeros, quienes realizaban patrullajes viales. Los gendarmes le indicaron al colega, que estaba al volante de la Amarok blanca, que se detuviera. Pero el suboficial hizo caso omiso y pisó el acelerador para escapar, aunque fue alcanzado rápidamente por los uniformados que le ordenaron descender la camioneta.
Al abrir la caja trasera del vehículo, ante la presencia de dos testigos de procedimiento, los efectivos encontraron, en cajas que simulaban ser de electrodomésticos, siete paquetes con “ladrillos” envueltos en cinta amarilla. El pesaje final fue de 303,820 kilos de cocaína.
En el operativo, además, se secuestraron 500.000 pesos, dos teléfonos celulares y documentación de interés para la causa, al tiempo que fue incautada la camioneta utilizada para el tráfico.
El gendarme, que tendría domicilio en el partido bonaerense de San Miguel, formaría parte de una banda con nexos en Orán (puerta de entrada de droga en el norte de Salta), Misiones, la ciudad de Buenos Aires y Lanús.
Este suboficial, según informó el Diario de Tartagal, tendría un hermano que también revistó en la Gendarmería hasta que fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en la localidad misionera de Azara, en una causa por presunto lavado de dinero.
Esa organización habría estado dedicada a la venta de vehículos, inmuebles y el cambio de divisas en aquella ciudad misionera y en la Triple Frontera con Paraguay y Brasil y epicentro en Puerto Iguazú.
Los investigadores creen la droga de la banda narco ingresaba a través de Orán, en el límite con Bolivia.
Interviene en el hecho la Fiscalía de Asuntos Complejos, a cargo de Ricardo Toranzos y Carolina Aráoz Vallejos, quienes solicitaron que el gendarme quede detenido e incomunicado.