Una radiografía de la alimentación infantil alerta que solo el 53% de los menores de entre seis meses y dos años –cuando se empiezan a agregar sólidos a la lactancia exclusiva– tiene una dieta mínima aceptable, tanto en la frecuencia como en la variedad aconsejada para la edad. Para los primeros meses de vida, la tendencia en los últimos años no se revierte: apenas un 48% de los bebés de hasta seis meses recibe leche materna como único alimento por sus beneficios probados para la salud de los recién nacidos, con la incorporación cada vez más temprana de las fórmulas infantiles.
Así surge del informe sobre “Prácticas de lactancia y de alimentación complementaria en menores de dos años” que dieron a conocer esta semana Unicef Argentina y el Centro de Estudio sobre Nutrición Infantil (Cesni). El trabajo releva por primera vez las características de la dieta infantil al momento de la transición de la lactancia materna exclusiva a la lactancia mixta, lo que está ocurriendo ya desde los 2,6 meses de edad de los bebés, en lugar de los seis meses que se recomienda sostenerla, e independientemente del nivel socioeconómico familiar.
Ambos equipos aplicaron un conjunto de indicadores de evaluación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de Unicef sobre los que “existe poca evidencia publicada” localmente, según aclararon en diálogo con LA NACIÓN.
“El 95% de las niñas y los niños fue amamantado en algún momento, pero el 68,5% recibió fórmula infantil, principalmente por indicación médica –destacan los autores en el informe–. Menos del 50% de [los bebés de] entre 0 y 5 meses recibió lactancia exclusiva y la edad promedio de su abandono es de 7,8 meses. La vuelta al trabajo de la madre es la causa más común.”
Esto es a partir de un cuestionario realizado a una muestra representativa de la población argentina, por regiones, niveles socioeconómicos y cobertura de salud, de 1002 madres y padres con hijos de entre 0 y 24 meses de edad, nacidos a término (semana gestacional 37 o más) y con más de 2500 gramos de peso al nacer.
Escenario a revertir
Verónica Risso Patrón, oficial de Salud y Nutrición de Unicef, destacó la relevancia de estos datos para trazar políticas públicas. “Confirman lo que ya sabíamos y venía pasando”, sostuvo a este medio. Y agregó: “Los bebés empiezan a alimentarse con leche materna, por lo que el problema no es que no toman la teta, sino lo que sucede en el medio, cuando empieza a incorporarle la alimentación complementaria, y hasta los dos años. El 47,6% llega con la lactancia materna exclusiva a los seis meses y, reforzar esto, en el actual contexto económico y social, es fundamental”. En marzo pasado, el organismo difundió sus cifras locales de indigencia y pobreza en la infancia, con hogares que no llegan a cubrir la canasta básica de alimentos.
Risso Patrón, coordinadora del informe redactado a partir del trabajo de campo del Cesni, agregó que los resultados están describiendo un escenario que hay que revertir en los primeros 1000 días de vida, con un seguimiento a partir de mediciones con indicadores y resultados.
En marzo pasado, el organismo difundió que siete de cada 10 menores viven en la pobreza o la indigencia. “Hablamos de lactancia y alimentación en general, pero no tanto de qué pasa cuando empieza la alimentación complementaria. Ahí, hay un vacío de información”, continuó.
Con una serie de indicadores nuevos que recomienda aplicar la OMS y adoptó Unicef, que la investigadora definió como “parámetros fundamentales a medir” para monitorear las prácticas asociadas con la lactancia y la incorporación de otros alimentos en las familias y entre los profesionales de la salud, completaron este estudio el año pasado.
Motivos
Además del tiempo que las madres habían amamantado a sus bebés hasta y a partir de los seis meses, avanzaron sobre el momento en que empezaron a introducir alimentos sólidos, semisólidos o blandos, por qué productos de ocho grupos alimentarios recomendados para la edad incluía la dieta junto con la leche materna, con qué frecuencia al día comían los chicos y si consumían bebidas azucaradas u otros alimentos “no saludables” (golosinas, galletitas, postres, fiambres o embutidos, carnes enlatadas o aderezos, entre otros).
Mientras que el 95% de los menores es amamantado en algún momento en los primeros 24 meses de vida, un 48% recibe leche materna solamente en los primeros seis y, en un 26%, se combina con otra leche o fórmula infantil. “La lactancia exclusiva [sin otro alimento ni líquido hasta los seis meses] protege contra la diarrea, las infecciones de las vías respiratorias inferiores, la otitis media aguda, el sobrepeso y la obesidad infantil –repasó Risso Patrón–. Hay estudios que demuestran que incorporar alimentos y otros líquidos en ese período aumenta tres veces el riesgo de enfermar o morir con respecto de la lactancia exclusiva.”
Solo en “una cantidad reducida” de recién nacidos varía esa indicación nutricional y es por problemas de salud, intervenciones o causas genéticas, entre otras, según explicaron desde la Comisión de Lactancia de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP). En el trabajo de Unicef y el Cesni, esa proporción era del 5,1% por alergia alimentaria o una enfermedad que requiere usar fórmulas especiales.
Sin embargo, el 68,5% de los chicos consume fórmula en algún momento, de acuerdo con los nuevos datos, incluido un 52,4% en el grupo de entre cero y cinco meses de edad. Y la incorporación de fórmulas infantiles es una edad promedio de 2,9 meses y es más común a medida que aumenta la edad de los padres o disminuye el ingreso familiar.
“La indicación médica es el motivo más frecuente de uso de fórmulas infantiles”, advierte en el informe, de acuerdo con el 49% de los padres consultados. Siguen que el bebé se queda con hambre (35%), la practicidad (11%), una elección previa (10%) o el trabajo materno (7,7%). “Al considerar los motivos de abandono de la lactancia por nivel socioeconómico, el no haber logrado que el niño o la niña se prenda al pecho, la indicación médica y el regreso al estudio de la madre son los que prevalecen en el grupo de menor nivel”, agregan los autores del informe.