En la cuarta audiencia del juicio por el atentado a Cristina Kirchner declaró el secretario privado que ese día estaba con ella, Diego Bermúdez, y afirmó que la custodia de la exvicepresidenta, en ocasiones, se flexibilizaba para que su jefa pudiera acercarse, si así lo deseaba, a quienes querían saludarla en sus visitas o traslados.

Cuando comenzó a describir en detalle la secuencia del atentado, la presidenta del tribunal, Sabrina Namer, suspendió por cinco minutos la audiencia por el comportamiento “impropio” de Brenda Uliarte, quien seguía el juicio desde la cárcel. Uliarte interrumpió a Bermúdez cuando él contaba cómo fue el momento en el que vio el arma en el piso. Desde que empezó la declaración, la cámara que la tomaba en la cárcel la mostraba risueña, moviendo la boca y haciendo movimientos rítmicos, casi como si estuviera bailando.

Uliarte, que está siendo juzgada como partícipe necesaria en el fallido ataque, fue autorizada a seguir el juicio desde el penal de Ezeiza por “cuestiones médicas”.

En el inicio de su declaración como testigo, Bermúdez afirmó: “En algunas situaciones, ella [por Cristina Kirchner] tiene mucho contacto con la gente. A veces la custodia se abre y ella pide saludar, pide que la vean, hay mucha gente que la va a ver”. “¿Pueden tocarla?”, le preguntó la fiscal Gabriela Baigún. “Sí. Si ella quiere sí. Pueden acercarse, abrazarla besarla”, detalló.

Bermúdez, quien relató que trabaja con Cristina Kirchner desde 2014, describió brevemente su tarea como secretario y su vínculo con la custodia. “Le llevo la agenda a las cuestiones que ella necesita”, dijo, en alusión a la expresidenta. “Somos -por él y la custodia- el nexo entre las necesidades de ella y sus movimientos”, detalló. “Ella tiene custodia 24 horas, coordinamos un poco con ello las actividad, por ejemplo si va desde la casa al Instituto Patria, coordinamos con ellos los horarios y las salidas”, dijo, y agregó: “Los conozco, trabajo con ellos”.

Además, precisó: “Yo vengo pegado a ella mirando todo el tiempo para el piso”, describió. “Estoy muy acostumbrado a que la gente que va a verla a Cristina siempre es gente que refleja o afecto o amor o admiración o todas cuestiones lindas y buenas. Cuando hago el paneo de esa gente [dijo en alusión al día del atentado] me encuentro con una cara que no reflejaba nada de todo esto, era una mirada enajenada”, declaró, señalando directamente a Fernando Sabag Montiel, el hombre que gatilló su arma a centímetros de la cara de la expresidenta, que lo escuchaba con atención desde su silla en la sala AMIA, donde se lleva adelante el juicio. “Era una mirada de odio”, agregó.

Tras ello continuó describiendo el momento del ataque: “Cruzo la mirada con él, no sabía qué había pasado, no había visto el arma, pero sabía que algo había pasado. Voy en dirección a él. Él levanta las manos y comienza decir: ‘Soy compañero, soy compañero’. Luego, al igual que otros testigos del caso, Bermúdez dijo haber escuchado que Sabag Montiel repetía “soy compañero” y que otra persona gritaba: “Tiene un fierro, tiene un fierro”.

“Lo voy a buscar, lo agarro del cuello de la campera y palpo que no tiene nada en la cintura. Lo suelto, confundido por la situación y salgo”. Luego Bermúdez relató que comenzó a buscar el arma en el piso y sostuvo que Guillermo -por Gallo, el jefe del operativo de ese día- afirmó que el tumulto se correspondía al libro que cayó segundos antes de que Sabag Montiel intentara disparar sobre Cristina Kirchner.

La interrupción de Uliarte

Cuando Bermúdez prosiguió con su declaración, el micrófono de Uliarte se abrió de súbito. La imputada, entre risas, parecía repetir el testimonio de Bermúdez. Antes de ello, la presidente del tribunal, Sabrina Namer, debió llamarle la atención por su comportamiento: “Le recuerdo que usted resulta imputada en este juicio. Tiene que mantener la compostura que corresponde a un evento como este”.

Marcos Aldazabal, abogado de Cristina Kirchner, le solicitó a la jueza que insistiera y le llamara la atención de Uliarte, quien mantenía un semblante risueño y parecía conversar con alguien en el penal. “Son gestos que no son propios para el juicio”, le dijo Namer. “Le pido por favor que adapte su comportamiento”, le solicitó a Uliarte. El juicio prosiguió luego de que trasladaran a Uliarte a otra sala dentro del penal. La transmisión en vivo del juicio -solicitada por la querella y avalada por el tribunal- dejó de mostrarla.

En la audiencia en la que Uliarte se prestó a brindar declaración de manera sorpresiva -contradiciendo los dichos de su defensor, el abogado Alejandro Cipolla- se mostró errática en sus afirmaciones y terminó por dar marcha atrás y frenar su declaración.

El día del atentado, según Bermúdez

Bermúdez señaló que aquel día, 1° de septiembre de 2022, estuvieron presentes como custodios Guillermo Gallo, Matías Fernández y Gastón Arias.

Bermúdez sostuvo que era “normal” que el jefe de la custodia de Cristina Kirchner, Diego Carbone, se ausentara en algunos operativos, como lo hizo aquel día, cuando Gallo fue el responsable del operativo. “En ese momento el jefe de servicio era Gallo. Nosotros funcionamos operativamente con el jefe de servicio”, sostuvo, y agregó: “La seguridad era 100% de la custodia”.

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