Durante tres meses, a partir de la madrugada del 27 de abril en que los tres carabineros chilenos que realizaban el control de una medida cautelar en Cañete, en la zona-centro sur del país en la región del Biobío –un trámite para verificar que un imputado se encuentre en su domicilio– fueron ejecutados a balazos y luego sus cuerpos quemados dentro de su camioneta institucional, es que comenzó sigilosamente la investigación de la Fiscalía. Y esas pesquisas implicaron que este lunes se lograra la detención de tres personas, mientras que un cuarto sujeto es buscado intensamente: huyó cuando la policía estaba a punto de capturarlo.

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