El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha intensificado desde el lunes la elaboración de una narrativa paralela ante la evidencia de que faltan las actas que demuestren que el domingo pasado resultó vencedor en las elecciones presidenciales. El CNE, el órgano electoral, no había entregado hasta mediado este jueves los números detallados por centro de votación, lo que ha generado un enorme escepticismo dentro de Venezuela y en la mayoría de la comunidad internacional. Cada vez son más actores los que dan por hecho que el chavismo cometió un fraude masivo que ocultó la victoria opositora. Con la Biblia en la mano, la banda presidencial cruzándole el pecho mientras camina de forma rotunda con esos casi dos metros de altura, debajo de un cuadro del libertador Simón Bolívar o ante un comando militar en guardia frente a Palacio preparado para enfrentar una invasión extranjera, Maduro insiste una y otra vez en que el pueblo le refrendó en las urnas.