El Servicio de Vigilancia Aérea (SVA) de Costa Rica tiene una conexión especial con la Virgen de Los Ángeles y, desde el año 2013, con orgullo y dedicación, cumple el papel de guardián y protector de La Negrita.

La historia de esta relación se remonta a varios años atrás, cuando un grupo comprometido decidió ofrecer su tiempo y esfuerzo para realizar guardias de honor y escoltas en la Basílica de Cartago.

“Este compromiso no se limita solo a días ordinarios, sino que se extiende a fechas significativas como el 1.º y 2, y también el 3 de agosto, cuando se da la Pasada de la Virgen a la Catedral de Cartago. También lo hacemos en setiembre, cuando la Virgen retorna a la Basílica.

“En reconocimiento a nuestra constante dedicación y servicio, fuimos oficialmente nombrados guardianes de la Virgen de Los Ángeles, durante una misa multitudinaria el 2 de agosto de 2013. En ese evento memorable, a la imagen de la Virgen se le añadieron las alas oficiales del Servicio de Vigilancia Aérea como símbolo de esta alianza especial”, comentó el capitán Carlos Lizano.

Estas alas ahora adornan la base de la figura de oro que envuelve la piedra de la Patrona de Costa Rica, reflejando la profunda conexión y el compromiso de los guardianes con su fe y su comunidad.

Alas del SVA con la bandera de Costa Rica.

Cada año, sin falta, estos guardianes donan su tiempo para asegurar que la Virgen esté acompañada y protegida las 24 horas del día durante las festividades. Participan aproximadamente 35 personas de diferentes áreas de la unidad, incluidos pilotos, policías, mecánicos y personal administrativo: tanto los que están en servicio como aquellos en sus días libres se unen en esta noble tarea, demostrando que la devoción trasciende las responsabilidades laborales.

“El rector del Santuario es quien coordina estrechamente con el SVA para organizar las guardias y escoltas de honor, asegurando que todo se lleve a cabo de manera ordenada y respetuosa. La protección y escolta de la Virgen se realiza tanto por aire como por tierra, mostrando el compromiso total con esta labor sagrada”, manifestó Lizano.

Un compromiso en tiempos de pandemia

La pandemia no detuvo a estos devotos protectores. Durante esos tiempos difíciles en 2020 y 2021, llevaron la imagen de la Virgen de los Ángeles a varios lugares del país por vía aérea, realizando un recorrido que duró dos días.

Este gesto no solo fortaleció la fe de la comunidad, sino que también llevó esperanza y consuelo a muchos hogares costarricenses que perdieron a familiares, amigos y conocidos por el COVID-19.

“Para el SVA, ser los guardianes de la Virgen de Los Ángeles es un honor y un gran privilegio, que asumimos con seriedad y devoción. Este acto de servicio no solo es una ofrenda y agradecimiento a la Virgen, sino también un mensaje al pueblo de Costa Rica: los guardianes están siempre cerca, acompañándolos en sus celebraciones y en su fe”, agregó Lizano.

Con cada año que pasa, los oficiales del SVA renuevan su compromiso de proteger y honrar a la Virgen de Los Ángeles, manteniendo viva una tradición que no solo enriquece su fe, sino que también fortalece los lazos comunitarios en Costa Rica.

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